Esto se traduce en adaptaciones, secuelas o puestas al día y en reposiciones o reemisiones de catálogo, pero ¿es sólo nostalgia? ¿qué hay detrás de estos revivals que el público consume fervorosamente? Aquí vamos a analizar este fenómeno desde una perspectiva del modelo de negocio y de cómo Mediacrest, siendo uno de nuestros pilares la producción y distribución de ficción de calidad, enfoca las oportunidades que plantea este fenómeno.

Aunque la vuelta a contenidos del pasado a través de adaptaciones ha existido siempre (en la Internet Movie Data Base [IMDb] aparecen más de 12.000 contenidos secuela y segundas partes), en estos años la intensidad ha aumentado debido a la necesidad cada vez mayor de productos de calidad para un público que consume más y más deprisa. Un 36% de todas esas secuelas o segundas partes de películas y un 55% de las de las series se han producido y estrenado en el espacio de las dos últimas décadas, y esta práctica se está acelerando en estos días en los que frecuentemente vemos como entre los próximos lanzamientos se recuperan numerosas franquicias. La readaptación permite disponer de promoción y notoriedad, gracias al recuerdo o nostalgia, en una época en la que esa emotividad es clave dentro de un entorno tremendamente competitivo. En Mediacrest no somos ajenos a este fenómeno, y lo encaramos con una premisa fundamental y una estrategia clara: mantener, en la medida de lo posible, toda o una parte de los derechos de propiedad intelectual de nuestros contenidos para su explotación futura en las mejores condiciones posibles, incluyendo figuras como adaptaciones, secuelas, puestas al día, etc., tanto en España como a nivel internacional.

En esta búsqueda de fuentes existentes de calidad demostrada que tienen segundas vidas, también hay que destacar los casi 47.000 contenidos que, según IMDb, se han basado en obras literarias (unos 32.000) y teatrales (15.000); unas cifras espectaculares que son muy superiores al de contenidos de temáticas universales tales como el amor o la amistad, o de géneros habituales como el policiaco o el de médicos. La apuesta de Mediacrest por el valor de las obras literarias como contenidos Premium alcanza su máxima expresión en nuestro proyecto de adaptación a serie de la novela «Nada», de Carmen Laforet. Además del valor intrínseco de la obra también nos basamos en los datos que indican que estas adaptaciones son valoradas cualitativamente por los espectadores muy por encima de la media: casi el 25% de las películas y series basadas en libros consiguen una puntuación de entre 7 y 10, muy por encima de sólo el 15% del total de películas y series que se estrenan y emiten que consiguen esa horquilla de valoración (IMDb).

Por otra parte, las plataformas suelen reponer series y películas emitidas en años y décadas anteriores. De manera económica, aumenta su oferta y consiguen un efecto escaparate a costes asequibles; además, se benefician de la notoriedad en el recuerdo de los espectadores, aprovechando la nostalgia y la adhesión a modas o tendencias que vuelven. Esto ya sucedió en nuestro país en la transición de la emisión analógica de televisión a la TDT, nutriéndose la parrilla de muchos de los nuevos canales secundarios de librerías de series antiguas a coste cero o marginal, con cierto atractivo de audiencia y haciendo viables, con la ayuda de fórmulas comerciales innovadoras, cadenas con cuotas de audiencias muy bajas. También vemos como las cadenas generalistas reemiten frecuentemente contenidos evergreen (generalmente, producciones americanas, con ejemplos como «Friends», «Pretty Woman» o «The Simpsons») que, tras numerosos pases, siguen logrando cifras relevantes de audiencia. 

Y datos como las recientes estimaciones de WARC, que pronostican que el mercado de plataformas basadas en publicidad («AVoD» o «Advertising Video on Demand») se duplicará en los próximos 5 años hasta llegar a más de 53.000 millones de dólares en 2025, confirman que esta tendencia continuará en los próximos años, ya que estas plataformas suelen ser afines a la programación de este tipo de contenidos de catálogo y a su explotación comercial. Esto abre un campo interesante para nosotros, pues mientras apostamos por el mantenimiento de los derechos de propiedad intelectual de nuestros proyectos, abrimos la posibilidad de venta futura de catálogo propio para distribución, cuya creación, a partir de nuestras propias producciones o acuerdos con terceros, es clave en nuestra estrategia. No siempre cualquier tiempo pasado fue mejor, pero en el sector audiovisual sigue siendo una referencia importante. 

1 Como, por ejemplo, y entre las más recientemente anunciadas, «La familia Adams» (Netflix), «Lizzie McGuire» (Disney+), «El internado» (Amazon Prime Video), «Gossip Girl» (HBO Max), «Punky Brewster» (NBC Peacock), «Física o química» y «Los hombres de Paco» (Atresplayer Premium), etc.

2 El número de series en televisión en 2010 fue el triple que el del 2000, siendo el 83% de las emisiones en esas nuevas cadenas secundarias, incluyendo 22 reposiciones de series cuya primera emisión fue anterior, incluso, a 1990.